Universidad de Xalapa
Luis Fernando Soní García
CTC 102
Convergencia Mediática
Nallieli Fortuny
Ensayo:
La Insoportable Levedad del Ser
Una tenue historia tan realista que hace que se te enchine la piel. Un final que logró arrancar una lágrima en mi persona, y no por él, sino por la conclusión de una maravillosa obra maestra literaria que me da un grandísimo orgullo haber tenido la oportunidad de leer.
La Insoportable Levedad del Ser de Milan Kundera plasma todos esos momentos de la existencia del hombre en donde no entiende que existe. Parte de Nietzsche; del peso y la levedad y nos lleva por un viaje fantástico de las palabras a través de una fantasía irreal tan cotidiana que vivimos tan lejos pero en donde estamos inmersos.
La propia existencia del hombre como un ente sensible, la importancia de su existencia per se, las características por las que se relaciona y esos pequeños detalles, tan ínfimos pero tan importantes, que son lo que le da sentido a cada una de las acciones que realizamos, que le crea un trasfondo a la razón de ser de nuestro hacer. La Insoportable Levedad del ser es levemente insoportable por ser el vivo retrato de nuestra horrible y hermosa existencia, y a la vez insoportablemente leve por entender cómo todo se puede resumir a su propio estado efímero, en donde, como un boceto que nunca llega a concretarse en una obra, desaparece, para jamás volver.
Nosotros existimos como entes sociales, y como tal, una de las ciencias base que nos estudia es la sociología, sin embargo más allá de nuestro quehacer y movimiento masivo, existe nuestra existencialidad. Las tesis filosóficas (aunque mi ignorancia no me permita conocer ninguna de forma profunda) explican, plasman y desglosan nuestra propia existencia con base en la razón de ser del ser y de sus propias razones, de su proceder y de su repercusión ante si mismo, ante los que lo rodean y ante el propio hecho de existir.
La Insoportable Levedad del Ser es una exquisita de prosa poética que explica y entabla términos filosóficos de corte bastante complicado por momentos dentro de una obra narrativa que nos presenta situaciones cotidianas de nuestra existencia, y que nos denota lo absurdos que somos al vivir. Nuestro peso y levedad y como las interpretamos para la relevancia de nuestras vidas.
Tomás, Teresa, Sabina, Franz y ultimadamente Simón, son utilizados como una forma libre y humana de expresar metáforas y conceptos, como menciona Milan Kundera. Cada uno representa una expresión, un contenido. Parten de una idea y de un modelo de existir y forma de vida; se muestran las interrelaciones entre ellos como humanos y como abstracciones mentales.
Milan Kundera desarrolla una genialidad literaria al plasmar una narrativa tan sencilla y tan desglosada pero entintada inherentemente por rasgos culturales, etimológicos, filosóficos y cotidianos que hacen esbozar una sonrisa al ver plasmados los conocimientos y experiencias propios en el desdoblamiento respectivo que hace Kundera en su novela.
Kundera rompe la cuarta pared sin romperla, y eso es fascinante. Cambia de una narración equisciente a una deficiente, de tener omnipresencia a ser un eslabón más en su cadena. De ser homodiegético a ser heterodiegético. Le habla a un espectador imaginario, que en primera instancia parece el público lector, pero que sin embargo no es más que un monologo interno que lanza al aire bajo su propia interpretación. Como el mismo lo expresa, existe un gran derrame del propio Kundera hacia la trama, un derrame que lo complementa, un desdoblamiento que contiene justamente las alternativas que Kundera no siguió, que omitió y que ahora vive a través de sus personajes-concepto.
El contexto e intertexto de la post-guerra de la Unión Soviética y el comunismo totalitario de Stalin y el periodo de Brezhev y Dubcek en Checoslovaquia, enmarcan un cuadro ideal ante el desarrollo cotidiano de un Hombre existente. Presenta temáticas que hasta cierto punto podemos identificar en nuestra propia vida, y nos da las herramientas para poder reflexionar al respecto y formular nuestras propias conclusiones.
La novela lleva una estructura de trama, siguiendo en forma de movimientos, como si de música clásica se tratase, una historia desquebrajada que no podría haberse entendido mejor de otra manera. Ironiza, exagera, aunque más bien, retrata de forma completamente honesta las patologías del ser humano por medio de símbolos por demás interesantes "... y los símbolos, como sabemos, son intocables" (Kundera, Milan; 1984: p. 89)
Para no perder la costumbre, los medios de comunicación aparecen en la novela como formas de control, trasgiversan la información y la dan a su conveniencia. Apoyan a que se difunda el odio generalizado hacia los residuos del socialismo totalitario de Stalin. Tal como el INGSOC de 1984, solo que aplicado de forma inversa, pero que canaliza el odio generalizado hacía los partidistas de esta corriente.
Se maneja una cantidad infinita y enorme de metadiscursos filosóficas tan sutilmente bien utilizadas y elaboradas que La Insoportable Levedad del Ser se vuelve una biblia para el pensador. Para el ente racional que ejecuta con exactitud sus movimientos basados en su propio análisis personal.
Tomás caracteriza a la masculinidad pseudo libertina, relajada, y sin embargo moralmente (dentro de su propia concepción de la moral) justo, correcto y balanceado. Sus diversas aventuras sexuales son como una catarsis para liberarse o velar la tensión que vive por los hechos bélicos, políticos y sociales del contexto en donde existe. Un hombre que busca el retrato de su propia madre, tal como si siguiese la tesis de Freud, pero solamente en su pareja estable (de haberla).
Teresa es la femineidad oprimida, que repudia a su estirpe y que busca liberarse, representa los cimientos del feminismo que emerge y sin embargo no pierde sus valores propios tradicionales. Al hablar de ella Kundera menciona el concepto del Vértigo, como la inevitable atracción del vacío, las incontrolables ganas de caer. En momentos de inseguridad sufre un vértigo emocional en donde piensa en abandonar todo y rendirse.
Sabina, a mi parecer es de los personajes mejor desarrollados en la trama. Sabina es una artista, pintora, que crece reprimida en cuanto a su arte e ideología. El comunismo que pregona la obliga a pintar retratos realistas de grandes figuras políticas, sin embargo en su obra propia elabora cuadros con un doble significado, lo que ella llama una mentira creíble frente a una verdad increíble. En tiempos de totalitarismo, el arte siempre se ha engalanado por representar una de las más efectivas válvulas de escape y medios de expresión subjetiva, la alternativa a las masas, a la enajenación política, el conocimiento complejo, la transdisciplina.
El sombrero de hongo y el río semántico de significados no hacen más denotar la evolución ideológica del hombre, de forma individual o mutua (colectiva), y explica la delicadeza de la valía de un objeto o concepto que este cargado de significados distintos. Cada persona tiene su interpretación propia para una situación u objetos determinados, y a su vez, en conjunto estos significan otra cosa. La carga semántica de esto se fusiona y transforma según sigue la cadena y adquiere significantes únicos.
El peso recae sobre las acciones, cada reacción que se produce y modifica la vida del actor le produce un peso. Sabina vive de la traición filosófica, a los ideales clásicos, a sus padres, a Tomás, sin embargo al encontrarse en un estado en donde ha completado todo su ciclo de traición y lo pasado se ha vuelto efímero, su existencia pierde peso, topándose con la Insoportable Levedad del ser.
Parménides maneja el contraste entre la Levedad y el Peso como una comparación de contrarios como lo es Frio y Caliente, sin embargo la Levedad y el Peso menguan en su interpretación ante cada ser. Sabina no soporta su propia levedad y necesita de ese peso que le provoca su propio quehacer para sentir esa energía de la vida.
Bajo la teoría de Nietzsche, la realidad existe tomando en cuenta que el eterno retorno no se lleva a cabo con nuestras acciones, y por eso se vuelven leves. La vida humana es lineal, y por tanto no puede retroalimentarse de forma consciente y disfrutar el júbilo de sus acciones. El medio último de la felicidad es una vida circular, cíclica y sencilla, como con Karenin, en donde las acciones adquieran el peso y la valía necesaria para ser disfrutados.
La novela hace mucho énfasis en la estética como generador de la belleza y de los problemas, y maneja consistentemente el concepto del Kitsch a las 3/4 de la misma, como un modelo de permanencia y predominio de la sola expresión estética e idealista de las cosas y como este basa nuestra vida en todo momento desde los mismísimos Adán y Eva.
La estructura literaria de la novela va utilizando precisamente este concepto, aplicando situaciones de peso a todos los personajes, hasta que culminan con su muerte, desdoblando ya sea su levedad o peso. Al final la propia historia inicial entre Tomas y Teresa termina entendiendo su propia levedad y entonces es cuando los puntos resolutorios llegan a resolverse y la verdadera catarsis se lleva a cabo.